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Escuelas diferenciadas en España: ¿Qué opinan sus directivos?

Actualizado: 14 jun 2021

La educación diferenciada mantiene su presencia en el panorama escolar de España, en un entorno de coeducación generalizada. Aunque existen algunas investigaciones sobre las razones para mantener o promover este modelo escolar en los países anglosajones, no hay estudios para España.


El objetivo del estudio "Escuelas diferenciadas en España: un análisis cualitativo de las razones y percepciones de sus directivos" (Revista Española de Pedagogía, 76 (269), 101-117), es ahondar en las razones de la creación o mantenimiento de la separación de los sexos en las escuelas diferenciadas en España, y conocer, a través de sus directivos, los resultados y buenas prácticas que llevan a cabo en sus escuelas.


El estudio de los profesores Jaume Camps Bansell y Elisabeth Vierheller, parte del análisis cualitativo de doce entrevistas con directivos de esas escuelas. El análisis de los resultados permitió llegar a diversas conclusiones:

  1. la separación es percibida como práctica potenciadora de los objetivos de la educación personalizada;

  2. la escolarización diferenciada, dentro de una planificación educativa adecuada, reporta ventajas para aspectos como la igualdad de género o la excelencia escolar;

  3. permite dar respuesta a una demanda de las familias;

  4. la inclusión de planes formativos para la igualdad en esas escuelas es una práctica generalizada.

  5. la trascendencia educativa del profesorado como modelo de género para conseguir una mayor igualdad de oportunidades.

Ofrecemos unos extractos de los resultados del estudio, que se puede leer completo en en enlace anterior.


En todos los casos, los directores hablan de su escuela como institución con voluntad de servicio social y con principios cristianos, sin confesionalidad oficial. También hay unanimidad en presentar, como aspectos centrales del proyecto educativo, la educación personalizada y la importancia de las relaciones entre escuela y familias. Aparecen la educación socioemocional, la educación integral, la trascendencia de la persona, la educación en las nuevas tecnologías, la importancia de las lenguas y la educación en valores.


Al hablar sobre el ideario y el proyecto educativo, solamente tres directores hacen referencia a la educación diferenciada, presentándola al final como práctica especialmente acorde al proyecto escolar: «No es el principal rasgo de nuestra escuela» (entrevista 1). A pesar de esa posición no central de la escolarización separada de los sexos en el proyecto educativo, diez de los directores afirman que es un aspecto organizativo al que no renunciarían fácilmente.


Todos afirman que el proyecto educativo de sus escuelas incluye aspectos de género; tanto la educación diferenciada, como aspectos de igualdad. Siete directores hicieron referencia explícita a la existencia en su escuela de un plan de formación sobre igualdad de género, específico o bien incluido en un plan de formación general.


En tres entrevistas aparece el concepto de artificialidad de la escuela. Con este término o con otros, once de los doce entrevistados hacen alguna referencia a que la escuela no puede ni debe reflejar la sociedad.


En las percepciones sobre la socialización, no existe una visión negativa de la cooperación y complementariedad intersexual que se da en las aulas mixtas. Todos hablan de la inexistencia de efectos negativos insalvables de socialización en la separación escolar de chicas y chicos, puesto que sus entornos extraescolares son mayoritariamente mixtos. Algunos reconocen que la separación impide, en la escuela, un aporte bidireccional o de complementariedad, aunque aprecian las ventajas de la separación y la eficacia de las estrategias empleadas para subsanar ese déficit. Todos hablan, basándose en la experiencia, de la naturalidad y normalidad de las relaciones vitales que mantiene su alumnado con el otro sexo fuera de la escuela o en su vida post-escolar.


En primer lugar, se habla de la importancia de la consolidación de la identidad personal como imprescindible para la socialización; y presentan la separación como ventaja para ello. En segundo lugar, comentan la trascendencia psicosocial de la separación para crear un clima de naturalidad en las acciones, unas posibilidades expresivas libres de presiones de género. Todos los directores que hablan del tema afirman la facilidad de la escuela diferenciada para la educación afectivo-sexual, por la comodidad que supone para los alumnos tratar esos temas en aulas separadas.


Sobre la contribución de la escuela diferenciada para erradicar la violencia hacia las mujeres, de forma generalizada reconocen que sus escuelas contribuyen a la solución del problema, por fomentarse decididamente en sus centros el respeto al otro.


Sobre el perfil del profesorado, en diez de las doce escuelas representadas el sexo del profesorado coincide siempre con el de los alumnos en las etapas obligatorias. Todos reconocen cierta incidencia del sexo del profesor en el plano educativo, y relatan diversos aspectos positivos de la coincidencia de sexos profesor-alumno: se elimina la facilidad de

que una escuela de chicos acabara con casi solo profesoras y la falta de modelos masculinos derivada; la mayor confianza que se genera entre el alumnado y el profesorado.


Diversos entrevistados señalan el efecto limitador de los estereotipos, y la ventaja de la separación para dar más libertad y oportunidades a cada sexo. La ausencia del otro sexo hace que cualquier tarea sea apropiada para el alumnado, independientemente de los estereotipos sociales. Y de otra parte, la coincidencia de sexo con el profesorado establece modelos de su sexo para todos los ámbitos. Muchas entrevistas se refieren a las opciones postobligatorias de su alumnado, como poco condicionadas por los estereotipos sociales sobre lo adecuado para cada sexo.


Todos los directivos reconocen que la escuela mixta puede educar con efectividad. Casi todos reconocen también que ambos modelos tienen ciertas ventajas e inconvenientes; y que la presencia de un solo sexo o de ambos genera diferencias en el clima del aula que merecen una atención pedagógica. Entre las problemáticas de la coeducación que perciben, aparece en dos ocasiones, la dificultad para reconocer y tratar las diferencias entre chicas y chicos por parte del profesorado. Otros dos directivos mencionan también las dificultades de socialización entre el alumnado en sus relaciones afectivas.


Todos valoran las ventajas de la educación diferenciada, y no se plantean la posibilidad de convertirse en centros coeducativos. Entre las ventajas, se destaca frecuentemente el potencial académico de la separación para reducir el fracaso escolar y su sesgo de género, creando un ambiente más académico y alejado de distracciones. También todos reconocen la escuela diferenciada como beneficiosa para ambos sexos. Algunos añaden la facilidad que, tanto las aulas de chicos como las de chicas, suponen para el profesorado.


Preguntados en concreto por las razones por las que su escuela es de educación diferenciada, se repiten en casi todas las entrevistas tres aspectos:

  • La experiencia les ha mostrado que se trata de una práctica pedagógica que funciona.

  • Esa experiencia positiva de las clases diferenciadas se relaciona con el modelo pedagógico de la educación personalizada; la separación de los sexos es una aspecto más, que contribuye muy positivamente a los objetivos y la eficacia de ese modelo escolar.

  • Se ofrece escuela diferenciada porque es la opción de los padres que la han elegido.


 

Camps Bansell, J. and Vierheller, E. (2018). Escuelas diferenciadas en España: un análisis cualitativo de las razones y percepciones de sus directivos | Single-sex schools in Spain: A qualitative analysis of the reasoning and perceptions of their principals. Revista Española de Pedagogía, 76 (269), 101-117. doi: https://doi.org/10.22550/REP76-1-2018-05


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