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El ajedrez como prueba del valor de la EducaciĆ³n Diferenciada por sexos

La clase de ajedrez estĆ” programada en las Escuelas FAES durante una hora a la semana desde segundo hasta quinto grado de primaria. Los objetivos son claramente diversos e incluyen desde el aprendizaje de las coordenadas del tablero de ajedrez hasta su visualizaciĆ³n mental, desde la comprensiĆ³n correcta de las reglas del juego hasta la resoluciĆ³n de ejercicios progresivamente complejos que requieren el cĆ”lculo mental de una secuencia de movimientos.


El ajedrez es materia curricular en las Escuelas FAES de MilƔn. Entrevistamos al maestro Andrea Bracci, profesor en la Escuela Primaria FAES. Desde 2019 es el Presidente de ASD Paul Morphy Milano. Es Tutor Formador de los Instructores y consejero regional de los Instructores. Desde hace una dƩcada se ha dedicado principalmente a la enseƱanza juvenil.


"Intento destacar los puntos de contacto con las matemĆ”ticas y la geometrĆ­a -explica Bracci-, pero tambiĆ©n hay referencias rĆ”pidas a la historia y la cultura. Para evaluar el aprendizaje, a menudo utilizo pruebas escritas en las cuales los estudiantes se pide a los estudiantes que analicen y evalĆŗen las posibles soluciones que lleven a encontrar, en una posiciĆ³n dada, el mejor movimiento objetivamente. TambiĆ©n hay espacio para el juego asistido, especialmente en segundo y tercer grado, para descubrir de manera autĆ³noma, que es lo que los alumnos piden tan pronto como entro en clase".


ĀæHay ventajas en enseƱar la materia de ajedrez en un aula homogĆ©nea, solo de alumnas o solo de alumnos?


Las dinĆ”micas, los tiempos, la forma de pensar son diferentes entre las alumnas y los alumnos, esto ya es un hecho comprobado. Es aĆŗn mĆ”s evidente en esta edad temprana, aunque con las debidas excepciones, las niƱas tienden a ser mĆ”s analĆ­ticas y reflexivas que sus compaƱeros varones.


Esto se puede verificar mediante la administraciĆ³n de pruebas idĆ©nticas sobre el valor relativo/absoluto de las piezas en clases del mismo aƱo, tanto en la escuela femenina como en la masculina: aunque con precauciĆ³n y sin querer generalizar caracterĆ­sticas especĆ­ficas y Ćŗnicas de los estudiantes individuales, emergen no solo diferentes enfoques en la elaboraciĆ³n, sino tambiĆ©n resultados diferentes en su aplicaciĆ³n prĆ”ctica. Si las niƱas han demostrado ser en promedio mĆ”s lentas pero mĆ”s precisas en el cĆ”lculo, los niƱos al momento de aplicar concretamente los principios han expresado la tendencia a dar menos importancia a los elementos estĆ”ticos a favor de los dinĆ”micos, a descuidar los principios racionales a favor de las excepciones.


Esta interesante diferencia en dar mayor o menor importancia a aspectos diferentes, aunque complementarios, tambiĆ©n se deriva del juego prĆ”ctico, con una tendencia por parte de los varones a crear desequilibrios y posiciones que permitan ataques inmediatos, y por parte de las mujeres a buscar mayor linealidad y un cambio racional y ordenado de las piezas: en relaciĆ³n con las pruebas administradas, por lo tanto, se tendĆ­a a privilegiar la concepciĆ³n de "valor" en el Ć”mbito masculino como relativo, en el femenino como absoluto.


Por lo tanto, ya desde la actitud frente al tablero de ajedrez se puede notar cĆ³mo los enfoques son en su mayorĆ­a diferentes, pero, aunque estĆ©n destinados a integrarse, para una formaciĆ³n completa que pueda equilibrar los elementos creativos con los racionales, la intuiciĆ³n con la tĆ©cnica, esto debe ocurrir preferiblemente en tiempos y modos tambiĆ©n diferentes.


Llegar a una apertura mental que permita evaluar la posiciĆ³n en el tablero de ajedrez, ponderando todos los elementos objetivos que la constituyen, requiere un enfoque especĆ­fico, favorecido por una educaciĆ³n homogĆ©nea que pueda primero premiar y valorar las caracterĆ­sticas particulares tanto de los individuos como del grupo clase y los diferentes tiempos de maduraciĆ³n de los procesos racionales y creativos.


Por Ćŗltimo, no se debe descuidar que para las niƱas, si consideramos que desde siempre el mundo del ajedrez ha sido tendencialmente casi exclusivamente masculino, una enseƱanza y un contexto homogĆ©neos son un notable incentivo para la identificaciĆ³n y el desarrollo de cualidades Ćŗnicas y caracterĆ­sticas, favoreciendo la autoestima.


NiƱo jugando al ajedrez
Lo chicos son mƔs agresivos e irreflexivos

CĆ³mo afecta las diferencias entre niƱos y niƱas al ajedrez


El Ćŗltimo aspecto enunciado por Andrea Bracci, incide en una de las grandes aportaciones de la Nueva EducaciĆ³n Diferenciada: la superaciĆ³n de los estereotipos de gĆ©nero. Es una constataciĆ³n cientĆ­fica cada vez mejor estudiada. Ya en 2007 se hizo en Padua, Italia, un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology, sobre cĆ³mo afecta el gĆ©nero al ajedrez. La investigaciĆ³n hallĆ³ que cuando las chicas no sabĆ­an el sexo de su oponente o pensaban que era tambiĆ©n una mujer, ganaban la mitad de las partidas; en cambio, cuando sabĆ­an que su oponente era un chico, solo ganaban una de cada cuatro partidas. En los torneos escolares los niƱos superan a las niƱas tres a uno. Los expertos lo justificaban diciendo que las chicas eran menos agresivas y tenĆ­an mĆ”s baja la autoestima.


De hecho, existen iniciativas para facilitar que las niƱas jueguen al ajedrez sin complejos, como se hace para que se aficionen a las carreras y profesiones STEM, recurriendo a la enseƱanza diferenciada, en este caso del juego de los 64 escaques. Por ejemplo, en Vitoria (EspaƱa) se celebrĆ³ en julio de 2016, el primer Congreso Internacional por la Igualdad de la Mujer en el Ajedrez, organizado por la asociaciĆ³n Expochess, bajo el lema 'Mujeres a la conquista del Ajedrez'.


Escasez de referentes y de compaƱeras


El entorno de la escuela diferenciada es muy oportuno para alcanzar la igualdad en Ɣmbitos considerados socialmente como masculinos o femeninos, o que lo son de hecho. Siguiendo

con el ajedrez, analizamos el caso de EspaƱa, donde solo 1 de 10 federados es mujer.


La escasez de jugadoras, solo el 16,1% de las personas que practican este deporte en el mundo a nivel de competiciĆ³n son mujeres, dificulta encontrar referentes. Pero no solo influye la necesidad de referentes, sino tambiĆ©n de compaƱeras. Cuando MĆ³nica Calzetta Ruiz, primera gran maestra femenina de la historia en EspaƱa, empezĆ³ a competir con 13 aƱos, escogiĆ³ un club de ajedrez en el que habĆ­a mujeres para sentirse ā€œmĆ”s cĆ³modaā€.


Sobre esta realidad pueden influir tambiĆ©n otros factores, como las amenazas de estereotipo. Este concepto implica que las mujeres juegan peor o mĆ”s a la defensiva cuando saben que su oponente es un hombre, debido a ā€œla ansiedad experimentada al tratar de evitar ese estereotipo o simplemente el ser consciente de elloā€, como recogiĆ³ un artĆ­culo publicado en 2017 por el Centro de InvestigaciĆ³n de PolĆ­tica EconĆ³mica (CEPR, por sus siglas en inglĆ©s).


Por eso se incentiva la celebraciĆ³n de torneos de ajedrez exclusivamente de mujeres. ā€œSobre todo a la hora de iniciarseā€, subraya Calzetta, que considera este entorno ā€œun poco mĆ”s amableā€ para una primera competiciĆ³n.


A juicio de MarĆ­a Eizaguerri Floris, primera mujer en ganar dos veces el campeonato de EspaƱa en sub-16 y en sub-18, la discriminaciĆ³n positiva ā€œes necesariaā€ porque hombres y mujeres ā€œno parten de la misma baseā€. AsĆ­, cuantas mĆ”s mujeres se incorporen al mundo del ajedrez, ā€œmĆ”s continuarĆ”n luegoā€, considera.


TambiĆ©n Sabrina Vega GutiĆ©rrez, ajedrecista canaria ocho veces campeona de EspaƱa, califica este tipo de medidas de ā€œfundamentalesā€: ā€œSon importantes para corregir ese statu quo, que no es otro que el dar la posibilidad a las chicas de que prueben e incentivar que el ajedrez tambiĆ©n es una opciĆ³n para ellasā€.


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Fuentes:

De la entrevista, FAES Milano

Ajedrez y educaciĆ³n, Tabla de Flandes, julio de 2016

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