En el marco ideológico de la libertad, la igualdad de oportunidades y el respeto en la convivencia, valores que han constituido la estructura del socialismo democrático, nació en 1985 la enseñanza concertada y diferenciada en España. Y en ese marco crecieron las organizaciones laicas y, sobre todo de carácter religioso, que dieron respuesta, de acuerdo con su ideario educativo, a la creciente demanda de las familias que querían para sus hijos una enseñanza que se ajustara a su concepción de la vida.
La apuesta del gobierno socialista de entonces fue un éxito en España. En el caso de Navarra existen en estos momentos 72 centros concertados. El ideario de esos centros recoge la filosofía educativa, los principios que justifican su creación y los valores que se transmiten a los jóvenes.
En ese mismo marco nacieron los colegios de enseñanza concertada diferenciada (separación de aulas por sexo). Hoy son siete en el País Vasco. Dos en Navarra: Irabia-Izaga (200 plazas concertadas) y Miravalles-El Redín (350 plazas). Cincuenta años de vida para dos centros, a quienes ahora se les quita la concertación, acto valorado por el nuevo socialismo como “una conquista a todos los niveles” (Ramón Alzórriz) ya que la ayuda a estas familias es “algo injusto”. No solamente el gobierno socialista de Felipe González optó por el sistema educativo que da cabida a la concertación diferenciada. En 2012, el presidente francés, el socialista François Hollande, validaba la educación concertada y diferenciada, como modelo educativo y rechazaba que fuera discriminatoria. Hoy existen en Francia más de 230 centros diferenciados, sin ninguna discriminación con respecto a otros centros privados.
En España, como en todos los países democráticos, había espacio suficiente para que los centros de educación diferenciada pudieran desarrollarse y responder a los valores de muchas familias. Centros educativos inspirados en teorías pedagógicas que se fundamentan teóricamente en la evolución diferente de los jóvenes según el sexo y en valores morales, cívicos y también religiosos que dan un sentido propio a su vida.
La educación diferenciada es un espacio de libertad e igualdad
Los centros que diferencian la educación por sexo se presentan a la sociedad con un modelo educativo propio, pero que responde a una demanda de una parte de la sociedad que, aunque sea minoritaria, prefiere para sus hijos esa modalidad avalada, más que suficientemente, por estudios científicos. No es un modelo patrimonio de organizaciones religiosas. “Es necesario deshacerse definitivamente -escribía la conocida diputada socialista y feminista alemana Heidi Simonis- del prejuicio de que las chicas necesitan clases conjuntas con los chicos para no estar en desventaja profesional. Esto es completamente falso, como lo es también que chicos y chicas aprenden a conocerse mejor asistiendo a clases mixtas”.
Eso explica que en el mundo 40 millones de niños se educan en este modelo distribuidos en 210.000 centros. En algunos casos, como el de Baviera en Alemania, de una forma tan flexible que la diferenciación se puede aplicar de forma integral o reduciéndola a determinadas asignaturas. En el land de Berlín, hay 180 escuelas públicas que organizan asignaturas separadas para chicos y chicas.
En Navarra los dos centros citados son de excelencia educativa que siempre ocupan, a nivel nacional, un puesto alto en las escalas publicadas por empresas especializadas en evaluación de centros educativos. La última que hemos conocido, elaborada por Forbes, coloca al colegio Irabia-Izaga en el puesto 95. Ningún otro centro educativo navarro ha tenido cabida en este ranking.
Fuente: extracto del artículo de Luis Sarriés Sanz, Catedrático de Sociología, "Educación diferenciada: libertad e igualdad", en Diario de Navarra, 9 de febrero de 2023
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